Siempre me gustó la fotografía en general, ya que mi padre hacía fotos, sobre todo en verano, y grababa videos cuando sólo existía el super 8. En seguida le pedí una cámara y, aprovechando los viajes a los que me llevaban mis padres, empecé a hacer yo mis propias fotos. Con el tiempo fui contactando con fotógrafos y ayudaba a algunos a hacer fotos de bodas.
Hace ya más de 30 años conocí a Mario Suárez y compartimos ésta afición y una gran amistad. Pero fue este verano en un viaje a Panamá con él y con otros socios de Afonas donde me “picó el gusanillo” de poder hacer fotos de animales en general y aves en particular, observando tanta belleza.
Nuestra tierra asturiana tiene una fauna y belleza paisajística incomparable y es ahora un buen momento para que yo pueda contribuir a quede inmortalizada disfrutando, a la vez, de ella.