Soy de Salas, Asturias. Siempre había pensado que una fotografía en la que no hubiera una persona no merecía la pena. Todo esto cambió cuando conocí a estos 'locos' de la naturaleza (hoy muy queridos amigos muchos de ellos) que preferian volver a casa con una imagen y permitir que el animal siguiera su vida libremente, a traerlo muerto para tener el dudoso placer de comerlo por obligación, cuando no tirarlo (yo fui cazador y pescador durante muchos años). Estos 'locos' formaban AFONAS, y con ellos aprendí el arte de la fotografía, el amor por la vida animal y el respeto por la naturaleza. Ellos saben quiénes son. GRACIAS AMIGOS.
Hoy las personas ocupan un segundo lugar en mis preferencias fotográficas